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- Página Legal
- Contenido
- Prólogo
- Bibliografía
- Cronología de Adolfo León-Gómez
- la ciudad del dolor. Ecos del cementerio de enterrados vivos y del presidio de inocentes
- A manera de prólogo
- Primera Parte. Ecos del cementerio de enterrados vivos
- Capítulo I Un entierro
- Capítulo II Soledad
- Capítulo III Descendí a los infiernos (Lasciati ogni speranza, voi che’entrate)
- Capitulo IV Abandono
- Capítulo V Dolor
- Capítulo VI La queja
- Capítulo VII El principio del fin
- Capítulo VIII Alegrías tristes
- Capítulo IX Una procesión en Agua de Dios
- Capítulo X El primer muerto
- Capítulo XI El éxodo del dolor
- Capítulo XII La fiesta de los niños
- Capítulo XII. La injusticia humana
- Capítulo XIV Un pueblo infeliz
- Capítulo XV Las palabras fatídicas
- Capítulo XVI Por los ancianos
- Capítulo XVII De salud y de vida
- Capítulo XVIII Mis hijos
- Capítulo XIX Dick
- Capítulo XX El amigo x y otros consoladores del infortunio
- Capítulo XXI Comité de Bien Público
- Capítulo XXII Los vampiros del infortunio
- Capítulo XXIII Los tratamientos
- Capítulo XXIV Remember
- Capítulo XXV De posada
- Segunda Parte. Ecos del presidio de inocentes
- Capítulo I Arando en el mar
- Capítulo II Voz del desierto
- Capítulo III Violación del secreto profesional
- Capítulo IV Vía dolorosa
- Capítulo V Aislamiento de enfermos
- Capítulo VI Los problemas pavorosos
- Capítulo VII La cárcel del destierro
- Capítulo VIII El Ministerio de Agricultura y los Lazaretos
- Capítulo IX La explotación del flagelo
- Capítulo X Se retira un aplauso
- Capítulo XI A los benefactores de los lazaretos (algo que ignoran y que conviene que sepan)
- Capítulo XII Una dictadura incrustada en una república
- Capítulo XIII Prejuicios y preocupaciones
- Capítulo XIV Bienaventurados los que lloran
- Capítulo XV El agio sobre el hambre
- Capítulo XVI Bienaventurados los misericordiosos
- Capítulo XVII Defensor de desterrados
- Capítulo XVIII Inconsecuencias y farsas
- Capítulo XIX Manifiesto a las reinas de las festividades culturales de Colombia
- Capítulo XX El teatro de Agua de Dios
- Capítulo XXI Muerte civil y destierro perpetuo
- Capítulo XXII Salus populi suprema lex est. Dulce et decorum est pro patria mori
- Capítulo XXIII La pesadilla de Agua de Dios